Prefiero repetir una verdad ya conocida que devanarme la inteligencia para fabricar paradojas brillantes, ingeniosos juegos de palabras y acrobacias verbales que hagan sonreir pero no pensar
Antonio Gramsci

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lunes, 9 de mayo de 2011

Decalogo para reconocer a un Sectario Politico



A continuación una serie de signos patognomónicos de esta disfunción que padecen un elevado número de individuos y que aunque bien es un mal crónico, se agudiza en las proximidades de un periodo electoral.

1º- El sujeto en cuestión siempre tiene la razón.

Sea como fuere, esta totalmente seguro de ello. Para hacerlo patente y desarmar dialécticamente al adversario, si no tiene argumentos, hará uso de triquiñuelas lingüísticas, véase el siguiente ejemplo (usemos un poco el “reductio ad absurdum”):

-Porque la política actual se basa en; tu dices blanco y yo digo negro.
-Ves, ya estas usando términos despectivos, como todos los tuyos.
-…

2º- Él no es un sectario político, los demás sí.

Como en muchos otros trastornos de la personalidad, el individuo que la padece es el último en percatarse de su problema. Sin embargo, verá que todos los que pertenecen a un partido contrario, o simplemente lo hayan votado o apoyado en algún momento han vendido su alma al diablo, han sido lobotomizados permanentemente, han empezado a formar parte de un rebaño carente de personalidad que acatan todas las normas de “su” partido, que por supuesto encarna todo lo malo.

Él en cambio, que se cree libre de pensamiento, critico en esencia, pero sin saberlo es posible que este verdaderamente influenciado por los mensajes partidistas que recibe de webs, tv y radio de su (inadmitido) partido.



3º- Todos los demás se incorporan (o votan) a partidos para aprovecharse y/o (táchese lo que no proceda) porque no saben hacer nada útil en la vida.

Todos los demás buscan enchufe, él no, pero llegado el caso y si fuera necesario recurrirá a sus amigos, que los conoce porque han sido amigos de siempre, estaban juntos en la escuela, o juegan a la petanca los sábados, y…da la casualidad de que es del aquel o este otro partido. Procurará mantener en buen estado estas relaciones pase lo que pase (esta técnica se llama en el argot “peloteo encubierto”).
Evidentemente, y partiendo de la premisa nº 1, aunque el tenga la misma o inferior formación que el vilipendiado, él sería capaz de arreglar el mundo/país/pueblo en un día, pero el otro…el otro es un inútil.



4º- Los otros no hacen nada bien, ni en campaña electoral ni si llegan al poder.

Nada, absolutamente nada estará bien. Tanto como si destinan dinero al cáncer o al cuidado de oseznos pandan abandonados, el “sectario político” sabrá darte miles de razones por lo que las acciones del contrario son erróneas, aunque para ello tenga que aducir a motivos inverosímiles como que afectará negativamente en la economía basada en la cría de huevos de la polilla bicolor de Guadalajara (sí, reducción al absurdo nuevamente).

Nótese que aquí el sujeto objeto de estudio haría la siguiente observación;

-Ves como no tienes razón en tu argumento, has dicho “dinero al cáncer” en lugar de “a la lucha contra el cáncer”, o acaso tienes el cerebro tan comido que quieres favorecer el cáncer. (Vale, aquí además de la reducción al absurdo hay bastante dosis de dramatización).

5º- Los que van a la política solo buscan el enriquecimiento.

Evidentemente, no hay ni que decirlo, los de su ideología no. Ellos son buenos, de noble corazón y mejores ideas para la humanidad.

Este es uno de los motivos por los que la gente que se podría considerar honrada, aunque quiera hacer algo por su ciudad, suele abstenerse, porque si entra en una lista electoral, automáticamente (y aunque nadie lo conozca de absolutamente nada) empezarán a aflorar una serie de razones que demuestran que es “malo” y exageraciones con el fin de descalificarlo.
Si esta persona quiere realmente trabajar para su pueblo y entra en un partido (con el que crea que está más de acuerdo, con aquel que crea que se mueve más,etc) automáticamente demuestra que es un “incapaz” político, porque ya de primeras se ha equivocado, ha escogido un partido que no es el del “sectario”, por lo tanto hay que hacérselo saber mientras gritamos fuerte “NO” y le damos con un periódico enrollado, a poder ser aquel que sea afín a la ideología del “sectario” porque de este modo es más educativo para el pobre descarriado.

6º- Hay que demostrar que el otro es malo (o signo de “la paja en el ojo ajeno”)

Según algunos doctos también se llama Síndrome de Sacar Mierda de una Alcuza (o SSMA), se exageran ciertos aspectos de la vida del contrario que lo inutiliza moralmente para dirigir de algún modo.

Da igual lo banal que sea, hará comparables que un día, con 3 años, el contrario dejara morir a sus gusanos de seda de inanición con el genocidio de una etnia minoritaria…demostrando nuevamente la validez del punto primero de este decálogo.



Seguramente, al que lea esto se le pueden ocurrir muchas más características definitorias de este tipo de individuos, pero para su correcta identificación parecen suficientes.

Para aquel “sectario político” que lea esto, un decálogo no implica necesariamente que tenga que haber 10 puntos, pero tranquilo, aún le quedan las erratas para poder descalificar el texto.


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