Prefiero repetir una verdad ya conocida que devanarme la inteligencia para fabricar paradojas brillantes, ingeniosos juegos de palabras y acrobacias verbales que hagan sonreir pero no pensar
Antonio Gramsci

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miércoles, 4 de mayo de 2011

Que viene el coco

Escena de los Goonies

Las rotativas ya se han calentado bastante y es improbable que desde este blog se pueda aportar nada nuevo (como en otras tantas cosas), ya que todos sabemos, en el fondo, que ahora habrá que buscar otro “coco” que no nos deje dormir por las noches (al menos si eres norteamericano). Este último ha estado bastante bien ya que lo han amortizado en los casi 10 años en su papel de bestia anti-americana.




La historia del “coco" es muy antigua, la sufrimos los españoles en el 98 con el USS Maine (en la Wikipedia en ingles hay mucha más información sobre las investigaciones que en su versión española).

Se volvió a ver luego con las armas de destrucción masiva, ¿Cuál será la próxima?



Aunque hay que reconocer que en España también somos aficionados a crearnos “monstruos” (ya lo pintaba Goya). Desde la Edad Media hasta la Guerra de Ifni (esa guerra que no existió y por eso llevamos desde el 39 en la más absoluta paz - y nos lo creemos-) fueron los moros la encarnación del mal, después vino el movimiento obrero desde finales del XIX hasta los años 20 del pasado siglo (cuando patronos y policías hacían estallar bombas en periodos de calma para boicotear los acuerdos con los obreros – vease El Laberinto Español, de Brenan, Capitulo 3 de la 1ª Parte-) y luego lamentablemente, en nuestros días los catalanes y sobre todo vascos, que nos hacen unirnos al ser ellos la antitesis de todo lo que supuestamente nos representa.

Fue muy lamentable escuchar como, durante la celebración de la victoria del Madrid, se coreaba durante más de 5 minutos “puta Cataluña”, lo que deja claro la idea que se ha ido infiltrando poco a poco en el tejido vivo del país, que demuestra día a día que no tiene un sistema inmune que distinga entre bueno o malo (o lo que es lo mismo, ideas propias –autorazonadas- y aquellas que nos meten con calzo y repetimos como loros).



Cómo reconocíamos al principio, nada nuevo, pero aun así da mucho que pensar.

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