En especial se necesita una aplicación
real en lo que a la regulación de las deyecciones en la vía pública
respecta.
La Ordenanza establece que los agentes
municipales pueden obligar a los propietarios a limpiar las heces o
incluso multar al propietario del animal. Pero es evidente que es
dificilísimo de controlar (para demostrarlo basta dar un paseo por
cualquier calle).
Por otro lado exige “Las personas
que conduzcan animales por la vía o espacios públicos, adoptarán
las medidas necesarias para evitar que éstos produzcan suciedad.”
Más adelante la Ordenanza establece;
“los propietarios o tenedores de dichos animales, cuando deambulen
con los mismos por la calle, deberán de portar una bolsa de plástico
o recipiente impermeable similar”.
Es difícil estar presente en el
momento de la deposición del animal, pero no es difícil solicitar
el portar bolsas par su recogida, ¿Por qué no se hace?
Es evidente que no se puede aplicar la
ley a sangre y fuego, no es lógico tal vez exigirlo si el animal
está en un descampado, pero al menos en lugares transitados. ¿Qué
aspecto tiene una Avenida de España empedrada de heces?
Ahora las dos caras de la moneda;
Burgos realizó una exitosa campaña
educativa para la recogida de excrementos (Que
tu perro no deje huella la llamaron).
Por otro lado, en Madrid, grupos
de “ciudadanos” exigían que el Ayuntamiento los dotara de bolsas
o de lo contrario no lo harían, y esto después de que el mismo
gastara 72 millones en bolsas y limpieza...
La aplicación de la normativa no es
solo una cuestión estética, por lo que pensemos no solo los vecinos
o los turistas, sino por una cuestión de higiene básica, pues hay
muchísimas enfermedades que pueden contraer los humanos a partir de
las deposiciones y sobre todo nuestras mascotas, con el consiguiente
riesgo para su salud.
Entre otros:
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