Prefiero repetir una verdad ya conocida que devanarme la inteligencia para fabricar paradojas brillantes, ingeniosos juegos de palabras y acrobacias verbales que hagan sonreir pero no pensar
Antonio Gramsci

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domingo, 27 de enero de 2013

Día de la Memoria: El Holocausto Español empezó en 1936.

Campo de concentración cerca de Barcelona
El Día de la Memoria, es el día internacional en el que se conmemora a las víctimas del nazismo, del Holocausto y a los que arriesgaron sus vidas por proteger a los perseguidos. Aunque tristemente, en nuestro país pasa completamente desapercibido. ***

Nuestro país sufrió dos holocaustos, el primero de la mano del fascismo español  y el segundo de  la mano de aquella rama del fascismo que fue y es el nazismo.

Del segundo se ha hablado mucho, aunque nunca será demasiado. "Pensad que esto ha sucedido: Os encomiendo estas palabras.Grabadlas en vuestros corazones. [...]Repetídselas a vuestros hijos. O que vuestra casa se derrumbe, La enfermedad os imposibilite, Vuestros descendientes os vuelvan el rostro." Dejó escrito Primo Levi en su libro "Si esto es un hombre", donde contaba la odisea que lo llevó hasta Auschwitz.

Del primero, se va hablando cada vez más, y solo eso, hablando. Las víctimas no tendrán Nürnberg para resarcirlos, es más, incluso se está intentando que sea ilegal exhibir su bandera (declarada legal por el Tribunal Superior de Justicia en 2003 ***) por "incitar a la violencia" ***.


Si el símbolo del Holocausto europeo fueron los campos de concentración, en España empezaron a gestarse mucho antes del golpe de estado de 1936.

Escribía Juan Tusquets, sacerdote e influyente ensayista (católico, antisemita, anticomunista y antimasónico) de la época en una de sus obras que fue invitado por la Asociación Antimasónica Inernacional a hacer una visita al campo de Dachau "para enseñarnos lo que teníamos que hacer en España". Tusquets pasó sus días recabando una lista con nombres de masones, comunistas, "invertidos", esperantistas e incluso vegetarianos. Dicha lista serviría como guía para la posterior represión.

Durante la dictadura franquista se pusieron en funcionamiento 180 campos de concentración ** (se cree que la Alemania nazi construyó unos 70 **). Y en  1938 había 180.000 reclusos y en 1939 entre 367.000 y las 500.000. Hay que tener en cuenta que en 1940 la población española era de 26 millones de habitantes. De estos, unos 10.000 serían enviados a campos de concentración nazis.
Los que pudieron llegar a la frontera francesa también fueron arrojados como criminales a campos de concentración en condiciones infrahumnas.

Contaba un prisionero internado en el campo de concentración de "Los Almendros", donde se hacinaban 45.000 hombres en tránsito, que dormían al raso, en el barro, y que ,en los 6 días que permaneció allí,  comieron 2 veces.
No solo el hambre era una tortura, había que sumar además los parásitos, el escorbuto y las diarreas.

Los prisioneros eran obligados a cantar himnos fascistas y los errores eran pagados con palizas, hecho que recuerda bastante a los bastonazos de los SS cuando un prisionero no sabía decir su número en correcto alemán.
Placa en homenaje a los represaliados en Villamartín (Cádiz)

Los presos, al igual que hicieron los nazis, fueron usados como mano  de obra esclava, construyendo canales, lineas de ferrocarril, en minas o el propio Valle de los Caídos.

El número de represaliados se estima, según autores como Paul Preston, en unos 180.000 y otros en 200.000. Esta cifra es fruto del descaste ideológico que puso en marcha el bando sublevado, la eliminación del enemigo intestino, del rojo emboscado que podría entorpecer el desarrollo del nuevo régimen.
Este punto de vista venía ya reflejado en las arengas de Queipo de Llano (que aún mantiene su marquesado) en las que instaba a los leales al gobierno a "empezar a cavar sepulturas" y a sus propios soldados a "matar como a perros a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros".

Azaña escribía en la posguerra:
"Los impulsos ciegos que han desencadenado sobre España tantos horrores, han sido el odio y el miedo. Odio destilado, lentamente, durante años en el corazón de los desposeídos. Odio de los soberbios, poco dispuestos a soportar la insolencia  de los humildes."

La actual coyuntura económica y social que vivimos, en España y en toda Europa, hace temer que el Uroboros de la Historia alcance una vez más su cola y que con su mordedura estallen de nuevo "los impulsos ciegos" que todos albergamos en nuestros corazones.

"Pensad que esto ha sucedido: Os encomiendo estas palabras.Grabadlas en vuestros corazones. [...]Repetídselas a vuestros hijos."










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