Prefiero repetir una verdad ya conocida que devanarme la inteligencia para fabricar paradojas brillantes, ingeniosos juegos de palabras y acrobacias verbales que hagan sonreir pero no pensar
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miércoles, 1 de mayo de 2013

1º de Mayo: La lucha sigue.

Por P.M.G.

El 1 de mayo, representa una fecha simbólica y representativa para los trabajadores (productores en la época franquista), se celebra el Aniversario de las manifestaciones legales en democracia, después de la noche oscura y negra de la garra franquista.


Fue 1978, los trabajadores participaron con intensidad y gran participación en la manifestación del 1 de mayo demandando y exigiendo el pleno ejercicio de las libertades y la consolidación de la Democracia, más concretamente, el pleno uso de la Libertad Sindical a través del decreto de un Estatuto de los Trabajadores, la devolución del Patrimonio Sindical, la regulación de las Secciones Sindicales en las empresas, la Regulación de la Negociación Colectiva y el Derecho de Huelga. Además, requerían y pedían medidas efectivas y firmes contra el paro y contra la subida inmoral y deshonesta de los precios.


Con este motivo, y como homenaje a los Mártires de Chicago (Los hechos que dieron lugar a esta revuelta están contextualizados en los inicios de la revolución industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX. Chicago era la segunda ciudad de EE.UU. Dónde llegaban cada año miles de ganaderos en busca de trabajo, que desembocó en la creación las primeras poblaciones humildes dónde residían cientos de miles de obreros, acogiendo al mismo tiempo a emigrantes de todo el mundo.


Una de las reivindicaciones principales de los trabajadores, era la jornada de ocho horas. El hacer valer la máxima ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa. En este pasaje se produjeron varios movimientos. En el año 1829 se creó un movimiento para pedir a la comisión de Nueva York la jornada de ocho horas.


 Estos sindicalistas revolucionarios fueron ejecutados en los Estados Unidos  por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto concluyente tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido universal, y se celebra en muchos países.) , la Fundación Francisco Largo Caballero, que tiene como uno de sus objetivos la recuperación de la “Memoria Histórica”, posee en su hemeroteca un dossier de la revista “Los Mineros”, que explica el establecimiento del 1º de Mayo en todos los países, en el año 1890, por acuerdo del Congreso Internacional Obrero Socialista, celebrado el año anterior en París, al que acudió Pablo Iglesias.


 En aquel período las condiciones de vida de los trabajadores en Europa y los EE.UU. no podían ser peores e infames: la jornada laboral llegaba hasta las 16 horas (para muchos miles de hombres y mujeres la jornada se iniciaba a las 4 de la madrugada y terminaba a las 8 de la noche); el salario era reducido e insuficiente y sólo permitía malvivir, mientras tanto había un puesto de trabajo en la Industria. En caso de cierre de la empresa, el fin para las familias obreras era el paro o la emigración. Los niños comenzaban a trabajar a los 6 años, y las mujeres en la oscuridad tétrica de noche para poder completar precario salario familiar. La miseria y la explotación eran un punto en común común entre las clases trabajadoras, así como las represiones policiales. No es de extrañar, por lo tanto, que los obreros ansiaran y anhelaran acabar con esta situación a partir de la década de 1880.


Actualmente, muchos países recuerdan el Primero de Mayo como el origen del Movimiento Obrero moderno.


Deberíamos hacer un balance de muertos, viudas, huérfanos y sangre derramada, para que el trabajador, actualmente, goce de una justa jornada, avocada cada día más a desaparecer por el desuso de la memoria frágil de aquellos que no vivieron en primera persona, penalidades, dolor y explotación.


Es una lucha que aún no ha culminado, estando ubicados en un periodo, dónde todo los logros obreros se están perdiendo, subastando al mejor postor por gobiernos con mente débil, que aplasta cada día más a la clase obrera, empujando a la mayoría de la población al hambre, a la inmigración.


En este año, no arrinconemos esa lucha, que en la actual situación del país, es la misma que vivieron aquellos que reclamaron lo que hoy tenemos. No olvidándonos que el número de desempleados es de 6.202.700, que casi un 58 % de la juventud está en paro, si no se ha tenido que ir al extranjero, dónde se pierden dos puestos de trabajo cada minuto y que a nuestras espaldas tenemos que resistir la carga de 77.000 políticos.


No al acomodo, y sigamos en esta lucha. Celebra el DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO, con conciencia.

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