Prefiero repetir una verdad ya conocida que devanarme la inteligencia para fabricar paradojas brillantes, ingeniosos juegos de palabras y acrobacias verbales que hagan sonreir pero no pensar
Antonio Gramsci

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lunes, 9 de diciembre de 2013

A la atención de Don Alberto Fabra Part, President de la Generalitat Valenciana. Sr. Fabra:

A la atención de Don Alberto Fabra Part, President de la Generalitat Valenciana. Sr. Fabra:

He estado repasando su biografía y me ha llamado la atención un cierto paralelismo entre su vida y la mía. A imitación de las Vidas Paralelas de Plutarco, quisiera repasar nuestras vidas, si no tiene inconveniente.

Nació usted en 1964, cuatro años antes que yo. Estudió, hizo su bachillerato, lo normal. Me llama la atención la falta de referencias a su servicio militar; tal vez se sobreentienda y elimine de sus biografías online, pero no me extrañaría que fuera usted acumulando prorrogas por estudios para al final acogerse a una cómoda Prestación Sustitutoria, que fuera excedente de cupo, no sé; de todas maneras en aquella epoca era curioso ver como la gente que más abominaba del servicio militar era precisamente la gente de su perfil, las jóvenes generaciones de Alianza Popular en una extraña coincidencia con la extrema izquierda, solo que mientras estos despreciaban la estructura militar y lo que ella conlleva, a sus compañeros de partido lo que les molestaba era tener que desperdiciar un año en compañía de hijos de obreros, de oficinistas, de agricultores. Esa misma gente que enseñó a este hijo de informático -de los primeros informaticos de España- que había gente de otras clases sociales que podía ser tan-o más- digna de aprecio que el pequeño círculo de clase media en el que yo me movía. Por cierto, yo cumplí 15 meses de Servicio, entre mis 17 y 19 años. Mi primer tiempo al servicio de la sociedad.

Es usted arquitecto técnico, y yo tengo la FP de segundo Grado de Imagen y Sonido. Ninguno de los dos tenemos un nivel de estudios espectacular, lo sé, pero soy de los que opinan que el título no hace a la persona; supongo que estará de acuerdo conmigo: mejores currículos académicos habrá en su partido, pero usted es el President.

Tras 9 años en las juventudes del PP, en 1991 es usted elegido concejal de Castellón. Ahí le adelanto, ya que en 1990 yo había entrado ya en TVV. En un contrato de prácticas al 50% de sueldo como iluminador. En 1992 decidí bajar de categoría laboral, ya que aprobé en las oposiciones de auxiliar de explotación, 7º entre más de 600 aspirantes. Pero nuestros saltos se dan años después: usted es nombrado concejal de urbanismo de Castellón en 1999, y yo consigo aprobar otras oposiciones (que a pesar de ser por promoción interna puedo jurarle que no nos regalaron) como operador de equipos un año más tarde. Y en 2005, el gran salto: usted es nombrado Alcalde de Castellón y yo paso dos años como ayudante de realización, el máximo que puedo alcanzar en TVV con mi titulación. Y en el 2008, mientras usted acumula una nueva responsabilidad (y sueldo) como diputado en les Corts un servidor queda como finalista en el premio de guión más prestigioso de España, el Pilar Miró de la Academia de la Televisión.

Curiosos paralelismos, pero con unos matices. No lo tome a mal, pero usted es un hombre de partido. ¿Qué quiero decir con eso? Que sus nombramientos, su ascensión y demás se ha debido a su colocación digital en cada momento, en cada ocasión: ¿Quién decidio que fuera usted Concejal de Urbanismo, Alcalde de Castellón, President de la Generalitat? Las urnas dirá usted, pero, en un partido no asambleario y sin primarias como es el PP, la posicion en las listas es un asunto interno, opaco, en el que la sociedad nada tiene que decir. Depende de movimientos internos, familias, apoyos quien sabe si interesados, le juro que ignoro que hace que sea usted y no, por ejemplo, José Císcar fuese elegido por ¿quién? para sustituir a Francisco Camps.

Y la gran divergencia. Mientras en estos 23 años y dos meses en la empresa debo haber tenido 12 días de baja a lo sumo, ni una sola falta no justificada, ni una sola amonestación, parte o directamente bronca, mientras he aprendido, y usted disculpe, a puros huevos máquinas complejísimas, modos de trabajo y demás había una serie de gestores que, presuntamente, no derrochaban, sino se embolsaban cantidades descomunales de dinero. 1200 millones de euros. 200.000 millones de pesetas. El coste, por ejemplo, de 3 unidades como el portaaviones Juan Carlos Iº... Y cuando esos gestores acudían a les Corts ustedes aplaudían y votaban sí.

Y ahora quiere cerrar (en realidad, recurrido ante la justicia, pero ha cerrado), descargar el peso de la culpa, la razón del derroche, el peso humano y económico en mí. En mí y mis compañeros.
¿Sobraba gente en RTVV?. Por supuesto que sí. Ustedes votaban SÍ en les Corts a cada director general que acudía con cuentas sonrojantes, el Ente hervía de primos, sobrinos, hijos y afiliados mientras mis compañeros -los de verdad- y yo seguíamos entrando a las seis de la mañana, generando programación sin una sola queja, helándonos o empapándonos en retransmisiones para que no faltara el fútbol, las fallas, la Magdalena o se pudiera anunciar una nevada espectacular en Xodos.

Acabo ya: todo este mamotreto se reduce en una simple idea:
Apelando a la conciencia que estoy seguro que tiene le ruego que ceje ya en el ensañamiento con la plantilla. He querido mostrarle que los trabajadores de RTVV, usando mi propia vida como ejemplo, no somos esos parásitos que tal vez le han hecho creer. Somos padres y madres, hijos; acudimos al trabajo en ese frío primer metro de las 6 de la mañana o volvemos a las dos de la madrugada a casa; hemos aprendido habilidades, técnicas y aparataje tremendamente complejo y Jamás ha habido una retransmisión o programa que haya caido por causas achacables a nosotros.

Le ruego que no convierta este mar de experiencia, de know-how, de habilidades en polvo, vacío. No convierta décadas de trabajo honrado en una indemnización miserable que no nos permita intentar rehacer nuestras vidas, no arrastre a 1600 familias a la desesperación.

No trate a 1600 servidores públicos -al igual que lo es usted- como ratas. Porque -y no se tome esto como una amenaza, porque le juro que no lo es- nada hay más peligroso que una rata acorralada.
Quedo a su disposición para aclararle cualquier duda tomándonos un café, por ejemplo en el Generalife, a un paso de su despacho.

Atentamente
Jorge Bea
Operador de equipos de RTVV SAU

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