El Cuarto Estado, Giuseppe Pellizza da Volpedo
Mañana es 1º de Mayo, el Día del Trabajo, ese día bendecido por muchos por que les otorga la posibilidad de permanecer en la cama hasta tarde, pero deberíamos saber que este día una vez fue usado para reivindicar los derechos de los trabajadores. El ejemplo de que su significado ha ido degenerando paulatinamente es que hoy pocos conocen su origen. A continuación una breve reseña:
El Día Internacional de los Trabajadores fue promovido la Segunda Internacional (Paris, 1889) como homenaje a los Mártires de Chicago.
Una serie de huelgas, iniciadas el 1º de Mayo de 1886, para reclamar la jornada laboral de 8 horas bajo el lema «ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa», que desembocaron, el día 4 de mayo, en “La Revuelta de Haymarket” en la que 180 policías reprimieron brutalmente a 20.000 manifestantes, una explosión causo la muerte de un policía y varios heridos más, a consecuencia de esto la policía disparó contra los manifestantes matando a muchos de ellos. Se estableció el estado de sitio y el toque de queda.
En junio iniciaron el juicio contra 31 trabajadores, de los que solo condenaron a 8, 5 de ellos a la horca, en la época se consideró al juicio una autentica farsa.
José Martí, líder independentista cubano (del que otro día hablaremos), relató la ejecución así:
...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...
A finales de aquel Mayo se consiguió finalmente la jornada de 8 horas, ya que las organizaciones patronales estaban preocupados por la rápida organización de los trabajadores, que nunca antes habían mostrados signos de subversión.
Que descansen mañana.
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