En Manolada, "capital de la fresa griega", una región a 250 kilometros al suroeste de Atenas, los capataces han disparado, sin provocación previa, contra un grupo de 200 braceros, emigrantes clandestinos provenientes de Bangladesh, que protestaban para que se les pagasen 6 meses de sueldo atrasado."Nos han disparado como a perros" ha declarado uno de los inmigrantes. El balance final es de 28 heridos por arma de fuego, aunque están todos fuera de peligro. La policía griega ha arrestado a 3 de los presuntos responsables y el Ministro del interior, Nikos Dendias ha prometido "no repatriar a ninguno de los inmigrantes ilegales implicados". Mientras el país sale del shock ya han surgido las primeras propuestas para boicotear los productos agrícolas de la región y peticiones para que se les garantice la ciudadanía a las victimas.
En la región de Mandola, una especie de Huelva griega, se producen dos tercios de las fresas que se venden en Grecia y la mayor parte del trabajo es realizado por inmigrantes clandestinos que viven " en condiciones similares a la de los trabajadores negros en la América esclavista" ha dicho el Ministro de justicia, Antonio Ropatiokis.
Ya en el pasado, la región del Peloponeso ha protagonizado episodios de violencia, con inmigrantes arrastrados por coches o motos. "La tensión estaba aumentando desde hace algunas semanas. - explica Mohamed Lendu Miha, uno de los trabajadores de la granaja donde ha sucedido el tiroteo- Cuando he pedido el dinero que me debían, primero me han dado un talón sin fondos y luego me han dicho que me fiera o me quemaban vivo."
La desesperación aumentaba y finalmente los doscientos jornaleros ha decidido de ir todos juntos, el pasado miércoles, a reclamar la paga. "Cuando se han alejado creíamos que finalmente iban por el dinero que nos debían" cuanta desde el hospital uno de los heridos. Desgraciadamente para ellos, se equivocaban. Un pequeño grupo de capataces han vuelto con dos rifles y una pistola y han empezados a disparar a sangre fría contra la multitud.La tragedia de Manolada es el enésimo "efecto secundario" de la crisis de la deuda soberana, un corto circuito no solo hecho de prima de riesgo, Bolsa y cumbres internacionales, también de dramas cotidianos como este. La situación de los inmigrantes en Grecia es sobre todo un problema dentro del problema. En el país hay más de 1,3 millones de extracomunitarios (más del 10% de la población, la mayoría sin papeles) que se han convertido en la chivo expiatorio de las dificultades económicas de Atenas. Los neo-nazis de Amanecer Dorado organizan verdaderas expediciones punitivas contra ellos y hace algunos meses la comunidad pakistaní de Atenas ha organizado una multitudinaria manifestación para protestar, llevando al menos a diez mil personas a Syntagma.
El gobierno, para no dejar el monopolio del asunto a la extrema derecha, ha decidido aplicar mano dura, lanzando la campaña Xenión Zeus, verdaderos raids policiales en los que se han detenido a 66.000 personas, solo en 2012. "Estoy muy preocupado por el auge de la xenofobia en Grecia - dice Francois Crepeau, representante de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas- Espero que el gobierno tome las medidas necesarias para frenarla" . "La situación económica va siempre a peor - explica Nikitas Kanakis, director de Médicos del Mundo en Grecia- y actos barbáricos como estos serán cada vez más frecuentes".
Con información de La Repubblica
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